jueves, 20 de noviembre de 2008

Esas cadenas, ese humo y ese café…

Tan absurdo como cierto…

Bloqueo, Tiempo.
Libertad, inconformidad.

Querer hacerlo todo y no poder hacer nada.

Es como el humo que sale de una chimenea
y se menea al ritmo del viento,
creando una coreografía impredecible hasta para él mismo,
él, que solo es capaz de controlar su intensidad o… ni siquiera eso.

Soy como ese humo, que desea ser invencible, no desvanecer jamás,
pero que sabe de la existencia del paso del tiempo,
cada vez más, cada segundo más… o menos.

Vivir cada día como el penúltimo,
Como esa taza de café que no quiere dejarse enfriar,
Pero el tiempo pasa y enfría…
Y prefiere ser acabada y ser tu mejor taza de café del día,
antes de quedar en un fondo frío y olvidado.

Son como cadenas invisibles que intentan ser invencibles,
Esas cadenas que no te sujetan cuando tienen que hacerlo
y a veces se aflojan en libertinajes,
Pero que cuando realmente
tienes una ilusión, una motivación, unas ganas…
Se aferran a tus pies y manos y no te dejan mover,
y luchas y no puedes,
y solo si es de verdad
y solo si tienes la suficiente fuerza,
solo si es de-ver-dad…
te liberan y te dan una nueva oportunidad.
Insisto… son cadenas invisibles.

Esas cadenas, ese humo y ese café…
Se funden en tu corazón, tu alma y tu sangre.

No hay comentarios: